Primer contacto con el software
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Hay dos cosas que no pasaron desapercibidas en mi entorno cuando aún no era ni adolescente. Como muchas veces ocurre, cuando hago algo fuera de lo que se espera, lo primero que recibo es alguna crítica, que ya de por sí es buena, pues me da una idea de como otros me ven o consideran mi forma de actuar.
Debía de tener yo unos diez años cuando a mi hermana mayor le regalaron mis padres una máquina de escribir y un método ciego para aprender a utilizarla sin mirar al teclado.
No se por que, me pareció buena idea aprender aquel método, me puse con ello y con unas cuantas sesiones, era capaz de escribir, no demasiado rápido, pero podía pensar y escribir o leer y escribir al mismo tiempo. Quedó aquello como una enseñanza que algunas personas cercanas consideraron una pérdida de tiempo, mi padre me decía, "el saber no ocupa lugar" y que razón tenía, todo lo que he aprendido me ha sido de utilidad al menos una vez en la vida.
Pasó un poco de tiempo y empecé a interesarme por las calculadoras programables, que era algo bien difícil de ver en mi entorno, pero dio la casualidad que a un amigo le regalaron una y empezamos a jugar hasta que con un lenguaje muy rudimentario que tenía conseguimos hacer un juego para mover piedras de un montón a otro en un tiempo programado.
Bueno, no podemos decir que esto fuese un desarrollo en toda regla, pero yo siempre lo recordaré como mi primer contacto con el software. Después tuve mi propia calculadora programable, aunque no se podía utilizar en los exámenes ya que el objetivo era aprende a calcular a mano, en mis ratos de estudiante le dedicaba el tiempo justo a aprender lo que tocaba y el resto a jugar con ingenio y creatividad para sacar el máximo provecho a aquel prodigio de la técnica que para mi era el futuro.
Después he aprendido mucho sobre lenguajes de programación y otras herramientas necesarias en la creación de aplicaciones. Ya lo verás mas adelante.
Curiosamente un buen día me di cuenta lo fácil que me resultaba teclear en un ordenador, ya sabes de lo que me acordé en ese momento. Pronto os contaré como me fui metiendo en el mundo de la informática y cada vez más haciendo de ello algo más una forma de ganarme la vida.
Que poca visión de futuro tenía en aquel momento, como no podría imaginarme que todas esas pautas que he seguido eran sin duda una preparación para hacer lo que hago en este momento y que me garantiza estar entre los privilegiados que no tienen necesidad de una oficina fija.
Entonces tenía una afición, que después se ha convertido en una capacidad, era y es crear software útil a un fin propuesto. No voy a decir que es sencillo ni me gustaría que nadie piense que está exento de esfuerzo, detrás de todo lo que hago hay mucha investigación y pruebas para conseguir lo que necesito, a veces la mejor aproximación temporal hasta que consigo algo definitivo.
Pero me siento muy bien creando y a veces me sirve para ganarme la vida, y lo que sí que os puedo asegurar, sin temor a equivocarme, es que el día que conseguí trabajar en lo que me gustaba sentí que no tenía que volver a trabajar No es fácil poder dedicarse 100% a lo que más le gusta a uno, hay mucha organización y burocracia siempre alrededor de lo que se hace, pero cuando consigo que lo que me gusta sea el centro de mi trabajo, siento una recompensa especial.
Cuando conseguí hacer mis primeros pinitos con la calculadora programable me di cuenta que no iba a ser sencillo, y sabía que llegar a dominar algunas disciplinas como las que cuento en la parte dedicada a lenguajes de programación y otras herramientas necesarias requería un trabajo constante y disciplinado.
Ahora aquí estoy, listo para aprender lo que necesite.